header

porque el CSS no es tan difícil.

-->

18 agosto 2008

Wal-Mart: The high cost of low price.

Wal-Mart: The high cost of low prices.

INTRODUCCIÓN

Muchas posiciones son las que pueden adoptarse frente a la gran influencia de los gigantes corporativos de todos tipos en la economía mundial. Puede considerarse que su impulso comercial empuja a las sociedades a abrirse al libre comercio, al gran mercado de opciones desplegado frente a nosotros; también puede decirse, por el otro lado, que es una competencia desleal, desigual e ilegítima que termina por destruir las incipientes economías donde llega a establecer su imperio de terror capitalista. Ambas pueden tener algo de correcto bajo la óptica adecuada, pero como este es un ensayo en el que la subjetividad imperará, a petición de la maestra, en lo personal me inclino más por la segunda y desfavorable opción, sin tomar como referentes absolutos las historias descritas en el documental ni los testimonios de explotación. Eso se puede apreciar en nuestra sociedad, de primera mano, sin necesidad de remitirnos a evidencia de lo que sucede a muchos kilómetros de nuestro país; para darnos cuenta de lo que sucede, sólo tenemos que observar con atención nuestro entorno, los comercios familiares, e incluso a nuestros propios hábitos de consumo.

Es tan fácil ver en México una gran tienda de autoservicio en ciudades pequeñas por todo el país que resulta aterrador. Es una nueva invasión imperialista, donde los dividendos son los que realmente importan, no tanto el bienestar de la sociedad en general; cuando ya no se puede hacer nada con tanto dinero, no se puede saber qué hacer con él: más inversiones, más expansión, más negocio… ¿y con qué sentido? Quizás es algo que podríamos creer que no nos incumbe, pero debería importarnos. Y más de lo que creemos.

DESARROLLO

Ahora, avocándonos al punto neurálgico de este ensayo, es momento de dar una opinión sobre el modelo comercial desarrollado por la cadena Wal-Mart. Como dice la misma frase, es una opinión. No es un dogma de fe, no es una verdad absoluta: sólo es un pensamiento, una postura formada por todo lo que he vivido, estudiado y visto a través de mi vida.

Sinceramente no creí que pudiera existir tal nivel de explotación y precariedades económicas en un país que pregona a los cuatro vientos su gran capital y el famosísimo “sueño americano”. Es imposible concebir que alguien trabaje por un salario que no permite siquiera satisfacer a conciencia las necesidades alimentarias de sus empleados, y desgraciadamente las cifras no mienten. Esta empresa, esta industria del hambre es un gigante en la cosecha de ganancias y un monstruo en el trato a sus empleados. Es inaudito que, siendo una situación común el tener un seguro médico por parte de la empresa empleadora, la inmensa mayoría de los trabajadores de Wal-Mart tengan que valerse del seguro gratuito proveído por el gobierno de los Estados Unidos. Eso en México, por ejemplo, es penado por la ley pues es obligación de todos los patrones afiliar a sus empleados de nómina al Instituto Mexicano del Seguro Social, cosa que al parecer no es una obligación en ese país, al parecer.

También es una pena el que el modelo empresarial de Wal-Mart sea tan enfocado en las ganancias, dejando de lado todo el valor humano, comunitario, ambiental y social de la organización; es una estructura deshumanizante que cuantifica todo en términos de tiempo y dinero: su gente no es más que una ínfima parte de toda la impersonal maquinaria.

Además, las falsas campañas publicitarias lanzadas por esta cadena de supermercados, en las que se mostraba una faceta totalmente irreal de la situación vivida al interior del corporativo, por sus empleados, por la carne de cañón que finalmente es de la que se exprimen las jugosas ganancias obtenidas a base de salarios de hambre, discriminación, maltrato, largas horas de trabajo, horas extras no pagadas y otras barbaridades inadmisibles en un país que se jacta de ser un modelo de libertad que todos los países del mundo deberían seguir… patrañas.

La manera en que Wal-Mart es capaz de dañar a su propio país, hacer pueblos fantasmas, aceptar subsidios que privan a las comunidades de servicios básicos entre otras calamidades, sólo pone en manifiesto lo poco que representa para el corporativo el bien común y la ética elemental, lo que termina por acarrear una serie de desastrosas consecuencias para todo el entorno que ultimadamente afectará los intereses de la corporación, pues en la economía todo está irremediablemente ligado y nada puede moverse sin alterar todo el aparato macroeconómico.

Wal-Mart ve su negocio como un camino de una sola vía: ganar, sin dar nada a cambio. No hay una comunicación efectiva entre sus miembros, lo que elimina la conciencia colectiva de los empleados, no se sienten parte de nada; en su percepción son gente que van y hacen “algo” por una ínfima paga y se acabó. Nadie tiene el sentido de pertenencia a la empresa porque es la misma empresa la que se encarga de no fomentar un espíritu de esta naturaleza.

Y habiendo ya abordado un poco al modelo comercial de Wal-Mart, ahora toca ver qué es lo que se podría cambiar en su organización para hacerla más armónica al interior y ser más competitiva en lo que a recursos humanos se refiere. Ciertamente son muchos los puntos que se pueden corregir en esta empresa, numerosos los detalles a afinar, pero sólo se abordarán los más importantes y trascendentes de acuerdo al documental observado en clase. Primero que nada, los salarios podrían aumentarse sustancialmente sin necesidad de disminuir en gran medida los ingresos netos de la compañía. Se debe recordar que un empleado bien pagado es, en lo general, un empleado feliz. Además, podría procurarse tener un seguro médico para los trabajadores y de esta manera mantener un nivel de felicidad y lealtad a la empresa debido a lo bien que se viviría trabajando para ellos.

Aunque si los directivos se vieran empeñados en no hacer un gran aumento al sueldo, deberían dar el seguro médico y dar a los empleados una cantidad de dinero en vales para comprar en sus mismos almacenes y así por lo menos aliviar un poco el apretado presupuesto de los asalariados; las “pérdidas” por este concepto no serían muy grandes y se mantendría al empleado satisfecho con su empleo, por lo menos en medida de lo posible.

El gran problema con esta situación es la carencia de empleos que obliga a quien entra a algún trabajo de estas características a aguantar estas situaciones porque si no quiere esa persona el trabajo, alguien más estará gustoso de hacerlo. Esto es oferta-demanda laboral, que muchas veces está inclinada hacia este lado, sobre todo en el sector no calificado para empleos más altos, sin estudios universitarios. De esta manera, la gente se ve obligada a trabajar arduamente soportando cualquier condición por hambre, situación que no debería existir porque representa una terrible degradación para el ser humano.

Asimismo, sería conveniente que Wal-Mart tuviera una lista de preceptos bajo los cuales se guiara en su proceder; un conjunto de lineamientos prácticos con los que pudiera lograr ser más responsable socialmente y de esta manera permanecer en el mercado como una cadena de supermercados preocupada por su entorno y que, por ende, más clientes prefirieran esos supermercados en lugar de cualquier otro; es un concepto básico clave en el éxito de muchas empresas a lo largo de la historia, donde su ética al interior y al exterior los consagra como grandes hitos comerciales, y generan sustanciosas ganancias sin descuidar importantes detalles vitales en recursos humanos, materia ambiental, responsabilidad social y nacional.

Y es importante haber tocado la responsabilidad nacional, porque Wal-Mart no tiene ni la más mínima consideración sobre el daño que le provoca al mismo lugar que lo impulsó a ser lo que es ahora.

Wal-Mart ignora, no en el sentido de la falta de conocimiento sino en el de hacer caso omiso, todo el daño que hace a las comunidades donde se instala. En sus lineamientos éticos podría incluir el declinar todos los subsidios ofrecidos por los gobiernos locales para instalar sus almacenes. Esto resulta antiético y desleal, porque con ello se fomenta la bancarrota de los negocios locales que, ya con muchos años de competir en un mercado pequeño y popular, son desbancados de sus lugares y absorbidos por la vorágine comercial del gigante de los supermercados.

De esta manera, son muchas las acciones que pueden tomarse en todos los niveles para mejorar la situación de Wal-Mart, ya sea desde el nivel gerencial hasta el nivel de fuerza laboral. Cualquier cosa que se haga para hacer de las personas lo más importante es vital, pues así se pone a la gente sobre el dinero, determinación que ultimadamente genera grandes ganancias económicas.

CONCLUSIÓN

El dinero enceguece. Es algo que se ha visto muchas veces a lo largo de la historia con los diversos emporios que surgen, algunos permanecen, otros declinan y surgen otros nuevos… todo es controlado por las invisibles fuerzas del dinero, que son como un poder divino que maneja las vidas de las personas incluso a niveles que ni siquiera nos percatamos.

Como conclusión general podemos decir que Wal-Mart siempre ve y siempre verá primero por su dinero y luego por el bienestar de sus empleados y de las comunidades en las que se instala; antes que cualquier otra cosa se procuran grandes dividendos para las arcas de la empresa y después, si es que ese después llega, se intenta hacer algo por los empleados y la comunidad. Wal-Mart es un ejemplo muy ilustrativo de lo que es el imperialismo económico brutal que ni siquiera distingue de entre sus propios compatriotas.

A mi parecer, Wal-Mart no hará ningún cambio en su estructura administrativa hasta que reciba alguna presión externa contundente, que le haga cambiar sus políticas por coerción y no por convencimiento, lo que ciertamente es una perspectiva no muy alentadora.

No hay comentarios.: