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porque el CSS no es tan difícil.

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08 marzo 2012

1.ca

Me tomé un momento para releer las entradas antiguas de mi blog y esencialmente regreso para pedir una disculpa sincera por hacerlos partícipes de mis problemas viejos. Me causaron gran vergüenza (que podría catalogar como ajerna) pero ya me di a la tarea de eliminar las publicaciones que de plano ya no aportaban nada a la nueva realidad que se cierne sobre mi (y nosotros).

Entre los muchos ires y venires de la vida en este momento estoy en la república hermana de Canadá, en una ciudad fría y simple llamada Edmonton. Cuando vine a este lugar venía con toda la macabra intención de iniciar un blog para narrar las aventuras cotidianas que sucedieran a lo largo de esta "aventura", pero tuve que juntar las peripecias de dos meses para poder escribir tan siquiera una entrada en este blog.

Me preguntan que por qué estoy tanto tiempo en Facebook, que por qué no salgo a caminar por las calles de Edmonton o por qué no me voy de vacaciones a dar la vuelta por Canadá. Todo esto tiene una explicación muy sencilla: ridiculously expensive. Lo único barato es el agua, porque tomar agua de la llave es seguro y no te mata. ¿El centro comercial más grande del mundo? Tiene el aspecto de Plaza Patria con el slogan de Plaza del Sol: "TODO". Efectivamente hay de todo, pero es un centro comercial bastante feo. Y tan grande que no resulta agradable caminarlo todo, aunque he de admitir que en parte se debe a que no debo gastar en chucherías.

A veces respirar afuera de los edificios es como comerte un chicle de menta; la nieve rechina bajo los zapatos y el lodo smoothioso chapalea bajo las suelas y te congelas desde adentro.

Les platico: un día así sin más ni más la temperatura bajó hasta -35ºC y con el viento se hacían -45º. En esos días estábamos a más de 50 grados de diferencia con mi ciudad querida y adorada. Casi vomitaba del frío tremendo que estaba haciendo y así tuve que esperar el camión por 10 minutos que parecieron una eternidad. Ahora bien, las clases.

Están bien, son sencillas y fáciles de pasar. Porque como el Tec no hay dos, Grant MacEwan es bonito, pero facilón. Aunque a veces está complejo por la barrera del idioma, más que nada. A mi me cuesta trabajo entender lo que dicen las personas en inglés y a eso súmale que caí en el programa de escritura profesional. Sí, está pesado.

Como sea, eventualmente escribiré más cosas que se me ocurran, probablemente la próxima semana porque de repente se juntó el trabajo.

Chau.

21 diciembre 2009

RASD.

Hoy se cumple una semana de que volví del continente perdido. África es todo aquello que cualquier lugar del mundo ansía no ser. Los lugares: Argelia y la República Árabe Saharaui Democrática.

Cuando volví me di cuenta que vivo en un paraíso, un oasis terrenal lleno de superficialidad y trivialidades. Me costó mucho trabajo quitarme lo taciturno. Pero a final de cuentas volví a mi realidad, listo para difundir lo que vi en aquel lugar.

Minas antipersonales, 36 años viviendo en campos de refugiados, un cese al fuego que en cualquier momento puede convertirse en una guerra abierta de nuevo, no carreteras, no hospitales, no servicios sanitarios, no agua corriente, no patria, no independencia... y lo más terrible: indiferencia de la  comunidad internacional.

Fue una experiencia increíble, que me daré el tiempo de narrar más a detalle en un escrito con todo el rigor que se merece un viaje como éste.

Pero mientras tanto, investiguen cómo está la situación y alzen la voz.

¡SAHARA LIBRE!

28 octubre 2009

Serie B.

Por una u otra razón llegó a dar a un túnel hermético. Aislado de la superficie, increíblemente húmedo y abandonado, maleza por todas partes y unos trenes que se mueven a pesar del óxido y el moho. Por un momento creyó que era un sueño, hasta que, previendo situaciones desagradables, agarró un vidrio verdoso yaciente en el piso para hacerse una pequeña incisión en la piel. ¡Oh desventura! Nada de esto es un sueño, es más real que las continuas alzas de impuestos, la contaminación, el calentamiento global o la hambruna mundial. Sólo que al parecer todo aquello se encuentra en otra dimensión paralela y lejana al actual plano astral –o del inframundo- en que se encontraba. Importante fue hacer esa pequeña y dolorosa prueba pues de no haber procedido de esa manera se le hubiera hecho fácil lanzarse a las resbaladizas vías en que corre el tren incesantemente y haber terminado de un dos por tres con su vida, aunque dados los acontecimientos siguientes eso no hubiera sido tan mala opción.
Solo en el andén mohoso de un tren subterráneo que lleva de ningún lugar a ninguna parte, comenzó a hacer un reconocimiento del terreno que se cernía frente a él. Relativamente corto, comparándolo con los andenes del metro de su natal ciudad de nombre perdido en el tiempo, aquí parecía que el lugar era un pequeño paréntesis en el discurrir de los segundos por el reloj. Con la mano quitó un poco del hierbajo que tapaba lo que parecía de lejos una pequeña luz que le ayudaría a descifrar dónde carajos estaba. Descubrió un mapa de la red imaginaria del tren para darse cuenta que las rutas eran anillos concéntricos y lo único que hacían era dar vueltas en círculos hasta la eternidad, conectados por una única vía que marcaba una tangente desde el centro del círculo hasta el exterior, sabrá Dios lo que habría allá.
En un sobresalto, miró hacia las vías para darse cuenta que uno de esos remedos de trenes soviéticos había detenido su marcha invitándolo a subirse y llamar a la aventura de lo que habría más adentro del túnel. En cuanto hubo posado sus nalgas en una de esas butacas de plástico semi-ergonómicas, la mole metálica siguió su camino con estrépito.
Mal había emprendido la marcha cuando se detuvo en la siguiente estación, que cambió a la anterior porque no era simplemente un espacio sin definición ni necesidad: aquí sí había una puerta que llevaba a otro lugar. El morbo siempre puede más que la precaución, así que emprendió la cautelosa marcha al moho nunca pisado, al desconocido enrarecimiento de un encierro perpetuo entre humedad, bichos y plantas salvajes de baldío.
En ese lugar hasta los bichos caminaban en silencio. Todo era calma, una tensa paz que parecía romperse solamente con el aislado goteo espeso de algún agujero en el techo y los pasos de él que desvirgaban un suelo que tenía muchos años sin conocer suela. No pudo evitar un estremecimiento cuando notó que sus pasos iban fuera de sincronía con el ruido que se escuchaba, y el pánico entró cuando escuchó otra respiración, flemática, ruidosa, espesa. Miró sobre su hombro y horrorizado descubrió un zombie baboso, con la piel carcomida por la putrefacción y que con una habilidad impresionante, digna de un adepto al parcour, comenzó a perseguirlo para transmitirle su influenza, Ébola, herpes, sida y muchísimas alimañas más.
Ahora sí estaba terriblemente asustado nuestro protagonista. Emprendió la carrera veloz por ese túnel esperando fervientemente encontrar otro tren en el cual subirse y esperar que la adrenalina que incluso podía verse salir por sus poros le hiciera correr lo suficientemente fuerte lejos de ese maldito zombie tan hábil.
Efectivamente llegó a otro tren que parecía lo estaba esperando para hacerlo escapar del zombie. En sincronización perfecta se subió, cerraron las puertas y avanzó cual corcel en búsqueda de la yegua en peligro. Pero para su infortunio, dentro de ese vagón estaban bloqueando las salidas laterales dos hombres enmascarados con sierras eléctricas que se iban acercando lentamente, asustándolo cada vez más, hasta que se orinó del miedo. No supo que hacer y la impotencia lo hizo sentarse a llorar, al mismo tiempo que las sierras eléctricas desgarraban su piel, músculos, arterias, huesos y todo cuanto tejido se cruzara en su camino. Le cortaron las piernas y los brazos y luego lo lanzaron a un pozo para que muriera ahogado.
Violencia sin razón, sin beneficio ni nada. Simple crueldad pura.
Y mientras sus pulmones se llenaban de agua, sólo quiso haberse lanzado frente al tren mientras pudo.

04 marzo 2009

Ladrón que roba a Ricardo...

...es un aborto de kraken malparido por el culo de satanás y muere con una cucaracha atravesada en el pescuezo mientras ve como violan a su familia frente a sus ojos con botellas, vidrios, varillas y cuchillos, siendo violado él al mismo tiempo mientras le dan electrochoques en los pezones y testículos hasta que grita y llora y pide que lo degollen y usen su sangre para ahogar a su perro canceroso y luego le dan un balazo y llega al séptimo infierno donde arderá por el resto de la eternidad en pozas sulfurosas ardientes llenas de mierda mientras le vierten acero líquido por el recto para cocerle los ya podridos órganos internos y provocarle un dolor inmenso, mientras belcebú baila tap en su espalda con tacones de agujas de verdad y lo vuelven a violar con un bat de béisbol mientras yo me río. Bueno, no me río, sólo le quito las cosas que me robó.

Pero tiene que pasarle todo eso.

La cosa estuvo como sigue: estaba yo muy agusto en la nochecita, fui a explicarle química a un amigo y saliendo de ahí fui al Kaffe Haus o algo así, con Maye, Cris e Ibón (sí, Ibón). Me estacioné a la vueltita y vi a Pneumus mientras reíamos de los trips de Popeye, y cuando salí de ahí... ¡PUAJ! El cristal del auto reventado, los asientos de atrás abatidos y una ira terrible e infernal invadió todo mi ser, saliendo en forma de mentadas de madre en altos decibeles. Por fortuna había bajado a la pequeña Mac y a mi camarita, si no, hubiera sido el atraco del siglo y me hubiera hecho terrorista, poniendo una bomba en la Minerva o algo.

Pero bueno, el deducible del vidrito salió en 250 pesos y pues la joda de comprar un iPod nuevo y recuperar los apuntes de medio semestre, pues por alguna pendeja razón se llevaron la mochila de la escuela, con mis tareas, trabajos y todo. Ah, y el libro de ciencia política.

Si tú, lector, fuiste el que reventó el vidrio de un Peugeot 206 plateado por el rumbo de López Cotilla y Francisco Javier Gamboa, debes saber que te encontraré y te reventaré los huevos a patadas, hijo de tu reputa madre.

Con mucho cariño,

Ricardo.




27 septiembre 2008

Un buen comienzo.

Aprovechando la maravillosa licencia de poder escribir sobre cualquier expresión del arte, concedida por quien sea que la haya concedido, ahora me atrevo a compartir una reseña de uno de mis discos favoritos de la existencia: Ágætis byrjun. En este disco, Sigur Rós, agrupación de post-rock nacida en Reykjavík, Islandia, hace gala de la versatilidad que tienen para componer y hacer armonía musical perfecta.

Este álbum lanzado en 1998 daría un gran impulso a la banda, siendo catalogado incluso como un álbum imprescindible por algunos críticos.
Tiene 10 pistas, siendo cada una de ellas un experimento diferente, con particularidades que las hacen únicas y distintas entre sí. Todas son cantadas en islandés, lengua nativa de Islandia, lo que da un toque realmente mágico a las canciones; sumándole a esta combinación la melodiosa y aguda voz de Jónsi Birgisson termina por dar una atmósfera apropiada para observar y relajar los sentidos, dejándose llevar rotundamente y sin remedio por los lentos acordes de Sigur Rós en este álbum.

Las pistas son:
1. Intro
2. Svefn-g-englar (Sonámbulos)
3. Starálfur (Un elfo mirando)
4. Flugufrelsarinn (El salvador de moscas)
5. Ný Batterí (Baterías nuevas)
6. Hjarta
ð Hamast [Bamm Bamm Bamm] (El corazón late con fuerza (Boom boom boom))
7. Viðrar vel til loftárása (Buen tiempo para un ataque aéreo)

8. Olsen Olsen
9. Ágætis Byrjun (Un buen comienzo)
10. Avalon
Carátula de Ágætis Byrjun

En Intro, se escucha una lenta canción de minuto y medio reproducida al revés, lo que deriva en una canción de gran riqueza.
Svefn-g-Englar tiene un inicio muy característico, con un sintetizador y notas sueltas, con sonidos ambientales, voces de fondo y un profundo bajo. Este comienzo tan espectacular fue lo primero que se escuchó tocar a Sigur Rós en su concierto en Guadalajara. La batería escuchándose al fondo, con un platillo sumamente atenuado le da un toque único, junto con la guitarra, siendo tocada por Jónsi Birgisson con un arco de violoncello.
La simpleza con la que inicia
Flugufrelsarinn da mucho al escucha para dejarse llevar por las frías notas, profundas como el silencio de las llanuras islandesas. Aquí la voz es más clara y definida, sin romper con la bien armada armonía; ya conforme va avanzando la canción se llega a un punto cúspide, donde el espectador se sumerge totalmente en la música.
Starálfur inicia con un arreglo sinfónico de cuerdas y sintetizador. La voz es igualmente clara y tiene un tinte esperanzador, pero en lo personal es la canción que menos me gusta del álbum.
Ný Batterí es una pieza que la mayor parte es electrónica, con una voz aguda muy bien lograda por Birgisson; sólo se escucha un bajo, ruido ambiental y toques de metales. Ya para la mitad de la canción, la batería hace una sutil entrada para complementar y subir la intensidad de la pieza, bajando al final, terminando con algunos metales y la batería, cerrando magistralmente.
Hjartað Hamast comienza de una forma quizás extraña para la línea que llevaba el disco: comienza con un sintetizador un tanto distorsionado, haciendo entrada después unos sonidos ambientales y una armónica, todo subyugado al sintetizador, siendo opacado este unos segundos después por la guitarra y el arco de cello. La música baja y se introduce la voz, baja y suave, alternando con tonos más agudos con ruido ambiental.
Cuando se escucha Viðrar vel til loftárása pareciese que nunca comenzará. Ruido de algún aparato volador muy atenuado se empieza a escuchar, para dar espacio a un piano que surja desde la inmensidad de la música, siendo más tarde acompañado oportunamente por un bajo. El piano forma una parte integral de la pieza durante sus poco más de 10 minutos; termina con un caos de orquesta, haciendo un último golpe final de la orquesta. Un final espectacular, sinceramente.
¿Qué podemos decir de Olsen Olsen, una de las canciones claves de este disco, en mi punto de vista? Ruidos en aumento, platillos suaves, golpes de batería y la entrada triunfal del bajo con la repetición de dos compases iguales, pero que de cualquier manera logran encender los sentidos con su simplicidad. La voz aquí es aguda, nebulosa, envolvente... en definitiva potencia al oído en toda su expresión. Delante en la canción, entra un coro y una orquesta, llevando a un clímax auditivo fuerte y de gran perfección.
Ágætis Byrjun, la canción que le da su nombre al álbum, es mi favorita de este disco y de todo Sigur Rós. Una guitarra pura que luego de unos compases le da entrada triunfal al resto de los instrumentos en un ritmo suave en demasía, listo para acompañar a quien la escucha a un viaje musical asombroso. Muchos recursos son conjugados en esta pieza: batacas diferentes para tocar los platillos, dos guitarras, sintetizadores de varios tipos y demás sonidos ambientales. Una voz pura y limpia acompaña a toda la melodía, de un carácter melancólico y triste, donde se trata de dar una nueva esperanza. Sinceramente, toda una obra de arte.
Avalon es con lo que se cierra esta gran creación. Es una canción profunda, puramente instrumental, sólo con sonidos ambientales y una armonía básica pero bien lograda. Es un cierre tranquilo perfecto para un disco lleno de emociones fuertes como lo es este.

Este álbum es todo un viaje sinfónico a través de la música instrumental con voz suave, armonías sensuales y digno de ser escuchado solo en la oscuridad o acompañado a media luz, bebiendo un trago coqueto y fumando un buen cigarrillo mientras te dejas guiar por la deliciosa cadencia de este imprescindible disco. Ciertamente después de escucharlo, quien disfrute de la música lenta e instrumental quedará extasiado, con la tentación de poder emprender un buen comienzo.

Antes de terminar.
Unos datos curiosos del disco:
  • Al reproducir Intro al revés, se escucha la versión instrumental de Ágætis Byrjun.
  • Tocar Starálfur al revés no causa ninguna variación musical.
  • Si aceleras Avalon al cuádruple de velocidad, se escucha la versión instrumental de Starálfur.
  • Svefn-g-Englar fue parte del soundtrack de la película Vanilla Sky.
  • El arte y diseño de los discos, vestuarios para tocar en vivo y demás imagen del grupo es diseñada por el novio de Jónsi y la esposa del baterista, y se denominan los Toothfæries.
FICHA TÉCNICA
Nombre:
Ágætis Byrjun.
Artista: Sigur Rós
Género: Post-rock
Duración: 71:51
Fecha de lanzamiento: Junio 1999
País: Islandia.
Disquera: Fat cat records
Productor: Ken Thomas
Miembros de la banda:
  • Jón Þór Birgisson - Voces, Guitarra
  • Kjartan Sveinsson - Teclados
  • Georg Hólm - Bajo
  • Ágúst Ævar Gunnarsson - Batería

18 agosto 2008

Wal-Mart: The high cost of low price.

Wal-Mart: The high cost of low prices.

INTRODUCCIÓN

Muchas posiciones son las que pueden adoptarse frente a la gran influencia de los gigantes corporativos de todos tipos en la economía mundial. Puede considerarse que su impulso comercial empuja a las sociedades a abrirse al libre comercio, al gran mercado de opciones desplegado frente a nosotros; también puede decirse, por el otro lado, que es una competencia desleal, desigual e ilegítima que termina por destruir las incipientes economías donde llega a establecer su imperio de terror capitalista. Ambas pueden tener algo de correcto bajo la óptica adecuada, pero como este es un ensayo en el que la subjetividad imperará, a petición de la maestra, en lo personal me inclino más por la segunda y desfavorable opción, sin tomar como referentes absolutos las historias descritas en el documental ni los testimonios de explotación. Eso se puede apreciar en nuestra sociedad, de primera mano, sin necesidad de remitirnos a evidencia de lo que sucede a muchos kilómetros de nuestro país; para darnos cuenta de lo que sucede, sólo tenemos que observar con atención nuestro entorno, los comercios familiares, e incluso a nuestros propios hábitos de consumo.

Es tan fácil ver en México una gran tienda de autoservicio en ciudades pequeñas por todo el país que resulta aterrador. Es una nueva invasión imperialista, donde los dividendos son los que realmente importan, no tanto el bienestar de la sociedad en general; cuando ya no se puede hacer nada con tanto dinero, no se puede saber qué hacer con él: más inversiones, más expansión, más negocio… ¿y con qué sentido? Quizás es algo que podríamos creer que no nos incumbe, pero debería importarnos. Y más de lo que creemos.

DESARROLLO

Ahora, avocándonos al punto neurálgico de este ensayo, es momento de dar una opinión sobre el modelo comercial desarrollado por la cadena Wal-Mart. Como dice la misma frase, es una opinión. No es un dogma de fe, no es una verdad absoluta: sólo es un pensamiento, una postura formada por todo lo que he vivido, estudiado y visto a través de mi vida.

Sinceramente no creí que pudiera existir tal nivel de explotación y precariedades económicas en un país que pregona a los cuatro vientos su gran capital y el famosísimo “sueño americano”. Es imposible concebir que alguien trabaje por un salario que no permite siquiera satisfacer a conciencia las necesidades alimentarias de sus empleados, y desgraciadamente las cifras no mienten. Esta empresa, esta industria del hambre es un gigante en la cosecha de ganancias y un monstruo en el trato a sus empleados. Es inaudito que, siendo una situación común el tener un seguro médico por parte de la empresa empleadora, la inmensa mayoría de los trabajadores de Wal-Mart tengan que valerse del seguro gratuito proveído por el gobierno de los Estados Unidos. Eso en México, por ejemplo, es penado por la ley pues es obligación de todos los patrones afiliar a sus empleados de nómina al Instituto Mexicano del Seguro Social, cosa que al parecer no es una obligación en ese país, al parecer.

También es una pena el que el modelo empresarial de Wal-Mart sea tan enfocado en las ganancias, dejando de lado todo el valor humano, comunitario, ambiental y social de la organización; es una estructura deshumanizante que cuantifica todo en términos de tiempo y dinero: su gente no es más que una ínfima parte de toda la impersonal maquinaria.

Además, las falsas campañas publicitarias lanzadas por esta cadena de supermercados, en las que se mostraba una faceta totalmente irreal de la situación vivida al interior del corporativo, por sus empleados, por la carne de cañón que finalmente es de la que se exprimen las jugosas ganancias obtenidas a base de salarios de hambre, discriminación, maltrato, largas horas de trabajo, horas extras no pagadas y otras barbaridades inadmisibles en un país que se jacta de ser un modelo de libertad que todos los países del mundo deberían seguir… patrañas.

La manera en que Wal-Mart es capaz de dañar a su propio país, hacer pueblos fantasmas, aceptar subsidios que privan a las comunidades de servicios básicos entre otras calamidades, sólo pone en manifiesto lo poco que representa para el corporativo el bien común y la ética elemental, lo que termina por acarrear una serie de desastrosas consecuencias para todo el entorno que ultimadamente afectará los intereses de la corporación, pues en la economía todo está irremediablemente ligado y nada puede moverse sin alterar todo el aparato macroeconómico.

Wal-Mart ve su negocio como un camino de una sola vía: ganar, sin dar nada a cambio. No hay una comunicación efectiva entre sus miembros, lo que elimina la conciencia colectiva de los empleados, no se sienten parte de nada; en su percepción son gente que van y hacen “algo” por una ínfima paga y se acabó. Nadie tiene el sentido de pertenencia a la empresa porque es la misma empresa la que se encarga de no fomentar un espíritu de esta naturaleza.

Y habiendo ya abordado un poco al modelo comercial de Wal-Mart, ahora toca ver qué es lo que se podría cambiar en su organización para hacerla más armónica al interior y ser más competitiva en lo que a recursos humanos se refiere. Ciertamente son muchos los puntos que se pueden corregir en esta empresa, numerosos los detalles a afinar, pero sólo se abordarán los más importantes y trascendentes de acuerdo al documental observado en clase. Primero que nada, los salarios podrían aumentarse sustancialmente sin necesidad de disminuir en gran medida los ingresos netos de la compañía. Se debe recordar que un empleado bien pagado es, en lo general, un empleado feliz. Además, podría procurarse tener un seguro médico para los trabajadores y de esta manera mantener un nivel de felicidad y lealtad a la empresa debido a lo bien que se viviría trabajando para ellos.

Aunque si los directivos se vieran empeñados en no hacer un gran aumento al sueldo, deberían dar el seguro médico y dar a los empleados una cantidad de dinero en vales para comprar en sus mismos almacenes y así por lo menos aliviar un poco el apretado presupuesto de los asalariados; las “pérdidas” por este concepto no serían muy grandes y se mantendría al empleado satisfecho con su empleo, por lo menos en medida de lo posible.

El gran problema con esta situación es la carencia de empleos que obliga a quien entra a algún trabajo de estas características a aguantar estas situaciones porque si no quiere esa persona el trabajo, alguien más estará gustoso de hacerlo. Esto es oferta-demanda laboral, que muchas veces está inclinada hacia este lado, sobre todo en el sector no calificado para empleos más altos, sin estudios universitarios. De esta manera, la gente se ve obligada a trabajar arduamente soportando cualquier condición por hambre, situación que no debería existir porque representa una terrible degradación para el ser humano.

Asimismo, sería conveniente que Wal-Mart tuviera una lista de preceptos bajo los cuales se guiara en su proceder; un conjunto de lineamientos prácticos con los que pudiera lograr ser más responsable socialmente y de esta manera permanecer en el mercado como una cadena de supermercados preocupada por su entorno y que, por ende, más clientes prefirieran esos supermercados en lugar de cualquier otro; es un concepto básico clave en el éxito de muchas empresas a lo largo de la historia, donde su ética al interior y al exterior los consagra como grandes hitos comerciales, y generan sustanciosas ganancias sin descuidar importantes detalles vitales en recursos humanos, materia ambiental, responsabilidad social y nacional.

Y es importante haber tocado la responsabilidad nacional, porque Wal-Mart no tiene ni la más mínima consideración sobre el daño que le provoca al mismo lugar que lo impulsó a ser lo que es ahora.

Wal-Mart ignora, no en el sentido de la falta de conocimiento sino en el de hacer caso omiso, todo el daño que hace a las comunidades donde se instala. En sus lineamientos éticos podría incluir el declinar todos los subsidios ofrecidos por los gobiernos locales para instalar sus almacenes. Esto resulta antiético y desleal, porque con ello se fomenta la bancarrota de los negocios locales que, ya con muchos años de competir en un mercado pequeño y popular, son desbancados de sus lugares y absorbidos por la vorágine comercial del gigante de los supermercados.

De esta manera, son muchas las acciones que pueden tomarse en todos los niveles para mejorar la situación de Wal-Mart, ya sea desde el nivel gerencial hasta el nivel de fuerza laboral. Cualquier cosa que se haga para hacer de las personas lo más importante es vital, pues así se pone a la gente sobre el dinero, determinación que ultimadamente genera grandes ganancias económicas.

CONCLUSIÓN

El dinero enceguece. Es algo que se ha visto muchas veces a lo largo de la historia con los diversos emporios que surgen, algunos permanecen, otros declinan y surgen otros nuevos… todo es controlado por las invisibles fuerzas del dinero, que son como un poder divino que maneja las vidas de las personas incluso a niveles que ni siquiera nos percatamos.

Como conclusión general podemos decir que Wal-Mart siempre ve y siempre verá primero por su dinero y luego por el bienestar de sus empleados y de las comunidades en las que se instala; antes que cualquier otra cosa se procuran grandes dividendos para las arcas de la empresa y después, si es que ese después llega, se intenta hacer algo por los empleados y la comunidad. Wal-Mart es un ejemplo muy ilustrativo de lo que es el imperialismo económico brutal que ni siquiera distingue de entre sus propios compatriotas.

A mi parecer, Wal-Mart no hará ningún cambio en su estructura administrativa hasta que reciba alguna presión externa contundente, que le haga cambiar sus políticas por coerción y no por convencimiento, lo que ciertamente es una perspectiva no muy alentadora.

24 mayo 2008

La onda fría inaugural inauguradora.


Pues así han estado estos últimos días, carajo. Cuando uno se empieza a acostumbrar al calorcito guapachoso y se resigna a sudar como condenado en un largo verano que se avecina, empieza a hacer tanto pero tanto frío en las mañanas y noches que es necesario sacar la parafernalia invernal en un desesperado intento por contrarrestar el congelamiento por descuido, más que por frío. Con las delgadísimas playeras veraniegas no se puede vivir en una mañana tapatía.

Y para acabarla de fregar, al mediodía sube la temperatura como veinte grados, así que tienes que andar cargando la chamarra porque si no te cocinas. Ya no hay moral, carajo.

Pero igual, con esta estupidez queda inaugurado mi blog... donde más que tener una función de ventana a mi austero interior clasemediero lo utilizo para mejorar esta gastada habilidad redactora, y, ¿por qué no?, dejar ver un poco de mi vida a quien le interese prestar atención.

Good morning, good morning, good morning(8)